martes, 12 de abril de 2011

Startups: Juntas directivas en la cocina de tu casa

Miriam se ha enfadado. Dice que he escrito un artículo sobre Torpedo y Renato, y que no he hablado de ella (ahora sí se debe haber enfadado.. . pobre Miriam! :-), así que voy a hablar de ella.



Miriam es mi mujer y, como la tuya, participa en todas las juntas directivas de mi empresa. ¿no?

Bueno, realmente nunca ha estado en ninguna físicamente.. pero Sí de espíritu... te lo garantizo.

Y Sí! sé que la tuya también asiste a nuestras juntas.. ah! y la tuya, no mires para otro lado.
Y no! no están detrás de las cortinas.. pero aún así asisten.

El proceso es sencillo. Hoy hay junta: hablamos, discutimos, decidimos. Por ejemplo, decidimos que no hay bonus, o que sí lo hay. Decidimos también prescindir de C, contratar a V. Decidimos cambiarnos de oficina y organizar el viaje de empresa a Islandia.

Ha sido un día duro. Salgo de la ofi, llego a casa. Veo a Miriam. ¡Alegría!. Nos damos un paseo, Miriam, Smeagol, Renato y yo. Renato olfatea, Smeagol da patadas y Miriam y yo comenzamos una agradable conversación, ajena al trabajo.

-Qué tal el día?
- Bien, hemos tenido una junta, hemos decidido despedir a C, pobre.
- A C? pero Juan, (Y comienza la Junta de nuevo) pobre chico, si está empezando, ¿no? podrías darle otra oportunidad. ¿Te gustaría que te hicieran eso a ti? ¿te acuerdas de cuando empezaste?
(Aprovecho para comentar que el tal C es un mega caradura que se pasa el día donde no debe, pero estoy cansado y no tengo fuerzas para rebatir).
- Ya Miriam pero, en fin, los inversores dicen..
- Venga, tú sabes que si quieres puedes.
- Ya, pobre chico. Mañana hablaré con él para ver si lo reconduzco.

Nuevo punto en la junta: C ya no se va a la calle.

- Por cierto, nos cambiamos de oficinas, éstas se nos han quedado pequeñas y nos vamos al Carmen.
- ¿Cómo? No te entiendo, ¡Si eres anti-Carmen!! jeje como cambias. Me gusta verte cambiar. me gusta el cambio, pero es curioso, no me lo esperaba de ti (sabe tocarte la fibra sensible, te conoce, son quince años.. :-) ).
- Yo no cambio, soy un hombre fiel a mis principios.
- Mírate a ti mismo, tú en el Carmen. ¿Recuerdas cuando eras un pijo?
- Miriam, ¿pijo yo? bueno, siempre lo he sido un poco. Lo de las oficinas no es seguro, ha sido un comentario.. ya veremos (punto dos de la orden del día, ya no nos cambiamos de oficinas).
Por cierto, nos vamos todos de viaje a Islandia, a celebrar el encuentro anual de la empresa, a ver ballenas.
-Pero melón, si ya has estado!. Me gusta ver como piensas en los demás. :-) . Les llevas a un sitio en el que ya has estado y te gusta, además, el viaje baratito, total paga la empresa. Tienes corazón. Es una pena que no hayas elegido otro sitio, pero en fin. Valoro tu intención. Oye, ¿tú tienes un Director Financiero no?
- Pero ¿ y por qué vamos a ir a Islandia? he leído que también hay ballenas en Tenerife. Dicen que vieron una pasar hace unas semanas. De Islandia nada. Nos vamos a Tenerife.

Y de nuevo, ¡cambios en la Junta!.


Hablando en serio, tengo mucha suerte con Miriam. Es genial y nunca ha intervenido en mis decisiones empresariales. Pero es obvio que convivo con ella y que sus opiniones sobre mi trabajo me importan mucho. Y eso afecta a mis juntas directivas... y también a las de mis socios.

¿Y cómo son las mujeres de mis socios? ¿Debería importarme?.
La pregunta es ¿Deberíamos valorar a las mujeres/maridos de nuestros socios antes de unirnos a ellos?

Startups: Ángel y Demonio. Necesarios si estás sólo



¿Eres emprendedor? ¿Tienes una empresa con una o más personas a tu cargo?

Bienvenido. Pasa. Te presento a Torpedo, y también a Renato.



Torpedo es mi gato cabrón. Me araña, me muerde y si puede, me roba la comida. Cuando está cariñoso me quiere un montón, el problema es cuando no lo está.

Renato es mi perro labrador. Tiene 15 años. Sí!. Es el labrador más longevo de por aquí. Es bueno, fiel, siempre me saluda al verme y siempre me querrá. ¡Es Renato!

Ya, ¿y qué?

Nada, sólo quería presentártelos. Bueno, y algo más.

Quizá te ayude ser un Torpedo con tu equipo. Duro, cabrón, exigente. Resultadista, porque vivimos de eso.
Pero si sólo fueras Torpedo, te quedarías solo.

Quizá te ayude ser un Renato. Bueno, fiel, cariñoso. Perdonatodo. Pero si sólo fueras Renato.. posiblemente cerrarías.

Por eso, quizá prefieras ser un Torpedo cuando lo necesites, y un Renato cuando te lo pida el cuerpo. Estarías bastante compensado. Duro, exigente, pero también bueno y cariñoso.

- ¿De verdad vas a publicar un artículo así, Juan? :-)